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| +Eusebio Ramos Morales
Obispo
Diócesis de Caguas |
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| Saludamos con alegría a S.E.R. Mons. Roberto O. González Nieves, Arzobispo
Metropolitano de San Juan y Presidente de la Conferencia Episcopal Puertorriqueña.
Con él, a S.E.R. Mons. Rubén A. González Medina, Obispo de la Diócesis de Ponce y
anterior Obispo de la Diócesis de Caguas, que nos acompaña en este momento.
También, saludamos al Administrador Diocesano de Caguas, Rvdo. P. Antonio
Cartagena Veguilla; con ellos, expresamos nuestros saludos y les damos la bienvenida
a los sacerdotes, diáconos, religiosos y miembros del pueblo de Dios de la Diócesis de
Caguas, así como a los que los que se han dado cita para esta Conferencia de Prensa.
Saludo, también, a algunos sacerdotes de la Diócesis de Fajardo-Humacao que me
acompañan: Rvdo. Padre Víctor Santiago, Vicario General, Rvdo. P. Luis A. Alicea
Rivera, Vicario Judicial y Rvdo. P. Héctor Rodríguez, secretario. Igualmente, saludo con
alegría a los miembros de la Prensa que han respondido a esta convocatoria y
agradezco su presencia y su servicio, para trasmitir al Pueblo de Dios de la Diócesis de
Caguas y al pueblo de Puerto Rico la noticia de este nombramiento episcopal que ha
realizado el Santo Padre, el Papa Francisco en la Santa Sede, durante este día.
Como acaban de escuchar por medio de Mons. Roberto, este Servidor ha sido
designado por Su Santidad, el Papa Francisco, como nuevo Obispo Diocesano de esta
Sede Episcopal de Caguas. Debo decirles que he aceptado esta encomienda en
obediencia y comunión filial con el Santo Padre, el Papa Francisco. Tengo como
principio medular, en mi vida ministerial, responder con fidelidad al mandato y
disposición de servicio que la Iglesia me encomiende, con total libertad,
responsabilidad, sinceridad, y con las mayores fuerzas que me permite el Espíritu, a
pesar de mi limitada condición humana. Ciertamente, no ha sido fácil aceptar esta
nueva encomienda ante el proyecto misionero diocesano que teníamos en nuestras
manos. Pero tengo gravado en mi corazón de sacerdote que, desde la ordenación
ministerial, ya no nos pertenecemos a nosotros, sino a Jesucristo que nos ha llamado y
a su Iglesia que es sacramento visible de vida y salvación.
Por eso, agradezco a Dios Padre su misericordia con esta designación ministerial y al
Santo Padre, el Papa Francisco, la confianza y apoyo ante esta nueva misión episcopal
que me encomienda en la Diócesis de Caguas. Les solicito, encarecidamente, al Clero,
Religiosos y Pueblo de Dios de esta Diócesis Cagueña, la oración por este Servidor que
hoy llega a esta Sede Episcopal. Será el espíritu eclesial de comunión, de fraternidad y
de solidaridad que nos vincula en Cristo Jesús y en su amor misericordioso, nuestra
mayor fuerza para abrazar juntos este proyecto del Reino de Dios con la pasión y
alegría que requiere este ministerio. |
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